Derechos De Autor

DERECHOS DE AUTOR
Cuando celebras el cumpleaños de tu hijo y haces fotos con tu cámara digital, las sociedades de autores te cobran por ello, aplicando el canon digital a la tarjeta de memoria que lleva tu cámara.
Sucede lo mismo cuando pasas esas fotos al disco duro de tu ordenador y vuelve a pasar otro tanto cuando haces una copia de seguridad de tus fotos en un CD.

Y naturalmente este proceso se repite si das una copia de ese CD a los padres de los niños asistentes a la fiesta y luego éstos hacen lo propio con el resto de su familia.
Caras fotos han salido. El caso es que a pesar de que hay muchos testigos de que las fotos las has hecho tú, las sociedades de autores te cobran “derechos de autor”, como si las hubieran hecho ellos. Te roban tu autoría y te roban más cosas, como se ha visto en los últimos juicios contra la SGAE.

No hace mucho demandaron a un ayuntamiento de Vizcaya porque la banda municipal tocó en las fiestas del pueblo canciones populares … anómimas.
Alguien pensará que la justicia ingresaría en prisión o en algún psiquiátrico a la sociedad de autores, pero nada más lejos de la realidad: la sociedad de autores ganó el juicio. Sería para reírse si fuera un chiste, pero es dramáticamente real.

Mucha gente se descarga de Internet películas y música. Las sociedades de autores se rasgan las vestiduras y se sienten indignadas como una vedette a la que le hubieran hecho un robado fotográfico porque dicen que les roban su creatividad. Te bajas una sinfonía de Beethoven y te quieren cobrar porque dicen que es suya.
Cuando vas a una biblioteca pública puedes leer libros gratis. ¿Habría que cerrar las bibliotecas públicas por practicar la piratería?
 

El 90% de los artistas del mundo pagaría para que la gente se descargara sus obras. Hay que tener en cuenta que artistas no son sólo los ya consagrados, a los que no les perjudica para nada que alguien se descargue sus obras; el resto son también, aunque menos conocidos, artistas, y a éstos les encantaría que la gente distribuyera y diera a conocer sus obras sin tener que pagar por la pubicidad que les hacen.
Habría que pensar en cobrar a las sociedades de autores una pequeña cantidad por cada descarga que se haga en Internet.
El dinero iría a parar a ayudas sociales y para apoyar a jóvenes artistas.