Esquilache

ESQUILACHE
Leopoldo De Gregorio, marqués se Esquilache, fue ministro del rey Carlos III allá por el siglo XVIII.
Su misión era modernizar Madrid (alumbrado, alcantarillado, seguridad, etc.) y hacer de los madrileños gente más limpia, más higiénica, con más clase. Era un italiano de los de antes, refinado, nada que ver con el gañán de Berlusconi.

Esquilache mandó recortar la longitud de las capas que portaban los ciudadanos, así como el ala excesivamente ancha de sus sombreros (conocidos como chambergos), que permitían ocultar la identidad de sus propietarios, lo que podía propiciar la comisión de delitos de manera impune.
En Marzo de 1766 se produjo el Motín De Esquilache para protestar contra la prohibición de la supresión de la vestimenta tradicional de los españoles, que terminó con el destierro del italiano Esquilache.

La verdadera causa de la revuelta popular fue la pobreza y el hambre (entonces no existía el IBEX 35) y el pueblo fue manipulado por múltiples poderes paralelos de la época (entonces no había televisión), pero la orden de recortar sombreros y capas fue el detonante de la revuelta.

La Generalitat catalana quiere prohibir el uso del burka, y de paso los pasamontañas, los cascos de moto y todo aquello que pueda ocultar el rostro de la gente en la vía pública. Todo el mundo tiene que que estar debidamente identificable en todo momento, en lo que cada vez se parece más a un estado policial.
Lo del burka no tiene nada que ver con la liberación de la mujer (confieso que en mi medio siglo de vida no he visto ninguno). No nos engañemos, el ejército español no van a los países árabes con tijeras para cortar los burkas de las mujeres, va a otras cosas.

Los gobernantes catalanes se están cubriendo de gloria, convirtiendo una región culta y civilizada en un estado policial con palizas en las comisarías y prohibiciones a cual más peregrina. Por cierto, es la comunidad autónoma con el déficit más alto.

Da lo mismo que un gobernante llegue al poder a través de un golpe militar o a través de mecanismos democráticos: “allegados son iguales”.