Alta Cocina
Veo a esos cocineros afamados, con sus manos llenas de pelos, gordos unos, de aspecto descuidado otros, manoseando sin pudor todos y cada uno de los ingredientes de los platos que preparan, y se me quitan las ganas de comer. Y eso que lo hacen delante de las cámaras... no quiero ni pensar cómo lo harán cuando no tienen cámaras en la cocina.
Veo a esos cocineros afamados, con sus manos llenas de pelos, gordos unos, de aspecto descuidado otros, manoseando sin pudor todos y cada uno de los ingredientes de los platos que preparan, y se me quitan las ganas de comer. Y eso que lo hacen delante de las cámaras... no quiero ni pensar cómo lo harán cuando no tienen cámaras en la cocina.
Dicen
que se lavan las manos. ¡Faltaría más! ¡Como si pudieran tocar la
comida con todas las partes del cuerpo que se laven! El cerdo, mejor cocinado que cocinando.
Al
final les queda una cosa bonita para la foto, pero muy difícil de
abordar. Aunque se pavoneen como si fueran intelectuales o grandes
artistas, me recuerdan a aquella canción que decía “dama, dama,
de alta cuna, de baja cama”. Lo digo por lo de la “alta cocina”
con maneras no tan altas.