Lo Cortés Y Lo Valiente

Lo Cortés Y Lo Valiente
Es angustioso tener en el patio del colegio un matón que nunca sabes si te elegirá a ti por capricho para demostrar que es el gallo del corral.
Eso le ocurrió a mi hija hace ya unos lustros, cuando al gallito del corral se le ocurrió que era buena idea tratarla a empujones.
Ella, de armas tomar, no dudó en darle su merecido al matonzuelo, que salió del lance sin plumas y cacareando.
La profesora, que no era la más lista del colegio, nos llamó a los padres a consultas para notificarnos el comportamiento violento de nuestra hija, quien nos comunicó el recado llena de preocupación.

-No te preocupes, la próxima vez que ese niño se meta contigo ponle todos los dientes en rompan filas, aunque luego tengamos que pagarle nosotros la ortodoncia.

-Entonces, ¿no me vas a reñir?

-Cuando vayamos donde la profesora yo te reñiré -poquito- porque un padre debe hacer esas cosas, pero tú sabrás que es de mentira, y que la próxima vez, si la hay, debes dejarle claro que a una chica no se le pega, por muy machito que se crea el mozalbete.

Y así lo hicimos, la profa mostrándonos su preocupación por el comportamiento de nuestra hija, yo con cara de circunstancias reprendiendo a mi niña, y ella fingiendo que estaba dolida y arrepentida. Cada uno en su papel, que lo cortés no quita lo valiente.

----------------------

Que cada uno barra su parcela.