TORTURA
La tortura degrada al ser humano, degrada a la víctima y degrada especialmente al torturador, que con esta práctica pierde su condición de ser humano y por tanto cualquier derecho asociado a esta condición.
La tortura degrada al ser humano, degrada a la víctima y degrada especialmente al torturador, que con esta práctica pierde su condición de ser humano y por tanto cualquier derecho asociado a esta condición.
Desde organizaciones
religiosas
hasta bandas de delincuencia organizada, pasando por gobiernos del todo
el mundo, muchas
organizaciones con poder han
practicado y practican la tortura por placer. Obtener información o
confesiones no es más que una excusa para dar rienda suelta a los
instintos más bajos, que convierten al ser humano en algo indigno de
habitar este
planeta.
La
víctima que entra en un centro de tortura no se librará de la misma
por mucho que confiese y por pronto que lo haga. Está
condenada de antemano diga lo que diga, porque el objeto de la
tortura no responde más que a la necesidad de defecar de esos individuos que alcanzan el poder suficiente como para sentirse por
encima -por debajo- del ser humano o de cualquier especie animal.
Incluso
hay gobiernos de países democráticos que apoyan y
defienden
públicamente la tortura indultando a policías torturadores condenados previamente por el
propio
sistema judicial del país.
Partidos políticos,
sindicatos y
asociaciones de todo pelaje
sacan a la calle a los ciudadanos para protestar porque les han
quitado subvenciones, salarios o
competencias lingüísticas en las escuelas,
pero se quedan sentados en sus escaños, despachos y
sofás
cuando el gobierno hace pública
apología
de la tortura.
Me gustaría romper una lanza en favor de esta sociedad, pero resulta difícil.
Me gustaría romper una lanza en favor de esta sociedad, pero resulta difícil.
----------------------
¿Dónde
perdió el honor?: donde
le
hablaron mal y contestó peor.