ORDEN
ROSACRUZ
La Orden Rosacruz es una sociedad discreta dedicada al estudio del Hombre y del Universo.
Sin connotaciones políticas ni religiosas en la actualidad, desde sus orígenes se ha dedicado a investigar todos los campos de la ciencia visible e invisible.
La Orden Rosacruz es una sociedad discreta dedicada al estudio del Hombre y del Universo.
Sin connotaciones políticas ni religiosas en la actualidad, desde sus orígenes se ha dedicado a investigar todos los campos de la ciencia visible e invisible.
Conocidos personajes de la historia se dice que han sido rosacruces, como
Newton, Goethe, Descartes, Francis Bacon, Conde de Saint-Germain,
Cagliostro, Paracelso, Papus, Spinoza, Benjamín Franklin, Edith Piaf o Víctor Hugo, entre otros muchos.
“Los Hermanos de la Rosacruz se comprometen especialmente a ejercer
gratuitamente la medicina..., son piadosos y cabales en grado
sumo..., no están sujetos ni al hambre ni a la sed ni a las
enfermedades..., mandan a los espíritus y a los demonios más
poderosos...” (informaciones recogidas por Gabriel Naudé,
bibliotecario del cardenal Richelieu, por indicación de Luis XIII).
Entre
los años 1614 y 1620 aparecieron en Cassel (Alemania) más de 400
panfletos rosacruces que hacían referencia a su hipotético
fundador, Christian Rosenkreutz (1378-1484). Se puede decir que
durante esos años hubo tres libros “fundacionales” de la Orden:
La “Fama Fraternitatis” (1614), La “Confessio Fraternitatis”
(1615) y Las “Bodas Químicas De Christian Rosenkreutz” (1616),
atribuido este último al teólogo alemán Johann Valentín Andrae.
Hay sin embargo referencias de hermandades rosacruces en Italia, Flandes, Francia y Alemania en los años 1200, 1250, 1260, 1410, 1413, dedicadas al estudio del hermetismo alquímico.
Aunque tradicionalmente se asocia la alquimia con la búsqueda de la Piedra Filosofal o la transmutación de metales innobles en oro, en realidad esto es una forma alegórica de describir la transformación del alma humana para elevarla a un estado de plenitud espiritual (alquimia espiritual).
Hay sin embargo referencias de hermandades rosacruces en Italia, Flandes, Francia y Alemania en los años 1200, 1250, 1260, 1410, 1413, dedicadas al estudio del hermetismo alquímico.
Aunque tradicionalmente se asocia la alquimia con la búsqueda de la Piedra Filosofal o la transmutación de metales innobles en oro, en realidad esto es una forma alegórica de describir la transformación del alma humana para elevarla a un estado de plenitud espiritual (alquimia espiritual).
No
se sabe mucho sobre los orígenes de esta sociedad, ni está claro
que las actuales organizaciones rosacruces tengan descendencia
histórica directa, ya que nada de esto está documentado, cosa
lógica por otra parte en una sociedad de estas características.
Lo
que sí está claro es su interés por las ciencias visibles e
invisibles, la alquimia, el esoterismo, el hermetismo, el misticismo,
el cabalismo, y por la alcanzar la perfección del ser humano en
todas sus facetas, especialmente en lo referente a su calidad moral y
espiritual.
Entre
sus objetivos sociales estaban la reforma espiritual del mundo, así
como llevar la fraternidad a todos los rincones del planeta.
La
simbología utilizada es amplia, variada y compleja, y en distintas épocas de
la historia los rosacruces han estado relacionados con la masonería, con la que tiene innumerables similitudes estéticas y
formales.
En
la actualidad existen en el mundo más de 30 hermandades rosacruces
que aseguran ser herederas de la antigua Orden Rosacruz nacida en
Alemania, lugar de origen de otras muchas sociedades secretas.
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El fracaso es un embustero: se deleita en hacernos tropezar justo cuando el éxito está a punto de llegar.
El fracaso es un embustero: se deleita en hacernos tropezar justo cuando el éxito está a punto de llegar.