Tertulianos

Tertulianos

Expertos en todo, bufones con pretensiones, opinadores de todos los sexos, infestan los medios de comunicación para deglutir entre risas estentóreas los detritus de la sociedad, defecando por sus bocas los resultados de tan indigesta alimentación.

No son análisis profundos, que se trata de programas de entretenimiento para gente vulgar, por lo que sus vuelos intelectuales, zumbidos más bien, son de corto recorrido, de zurullo en zurullo, que llevan las patas lastradas con restos malolientes, y mucho no se pueden elevar.

Para conseguir mayor sonoridad suelen invitar a personajes variopintos con algo sucio que contar, a jueces venidos a menos, o a políticos defenestrados por robar en los supermercados, manosear niños o jugar al candy crush en horario laboral.
Mientras las abejas están en peligro de extinción, las moscas zurulleras se multiplican y se mueven entre los aplausos de la mediocridad dando lecciones de moral, convirtiendo aberraciones en algo normal, o tratando de redefinir cómo debe ser la nueva masculinidad.

Mientras tanto, el buen gusto, el sentido común y la racionalidad tienen que callar, que ellos son una mayoría subvencionada por la autoridad.
Revolcarse en el barro puede ser divertido, pero sólo para los cerdos, y hay batallas que no merece la pena librar.

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Una abeja no puede convencer a una mosca de que es mejor oler flores que oler deposiciones.