Guerra De Mundos

GUERRA DE MUNDOS
Con menos de 300 años de historia, Estados Unidos se ha convertido en el dueño del mundo gracias a su poderío militar, del que hace uso de manera continuada en todos los rincones del planeta.

El exterminio de todas las tribus indias, después de emborracharles y corromperles minuciosamente, y el secuestro de miles de ciudadanos africanos de raza negra para convertirlos en sus esclavos, da una idea del talante de este pueblo, que acumula armamento químico, bacteriológico y nuclear en cantidades suficientes como para destruir varias veces todo el planeta así como cualquier vestigio de vida.
Sin olvidar, claro está, que es el único país que ha utilizado bombas atómicas para atacar dos ciudades indefensas, con el único objetivo de probar los nuevos ingenios nucleares de plutonio y uranio, a todo correr, antes de que acabara oficialmente la Segunda Guerra Mundial, hecho que en la práctica ya había sucedido.
Esta acción es sin duda el hecho más repugnante que el ser humano ha realizado jamás en toda su historia, la obra cumbre de la bajeza moral que degrada a la raza humana hasta el punto de hacerla indigna de habitar este planeta.

El mundo, y especialmente Europa, tiene que estar agradecido a EE.UU. por su intervención en la Segunda Guerra Mundial, pero a la vista de cómo se lo está cobrando, hay razones más que sobradas para preguntarse por sus verdaderas motivaciones. Hay que tener en cuenta que EE.UU. se incorporó a la guerra muy a última hora, cuando el ejército alemán estaba ya muy disperso y muy mermado.
Al final de la guerra se habían producido unos 70 millones de muertos, donde la Unión Soviética había "aportado" 27 millones de muertos, frente a los escasos medio millón de muertos de Estados Unidos. Sólo en el pequeño Vietnam, EE.UU. lanzó tres veces más bombas que en toda la Segunda Guerra Mundial.
Desde el mismo instante del final de la gerra, Estados Unidos empezó a amenazar expícitamente con atacar con sus recién estrenadas bombas nucleares a todos los países que pretendieran acceder y controlar los recursos naturales del planeta, especialmente el petróleo de Oriente Medio.

Dos grandes océanos les protegen por el este y el oeste, dificultando así cualquier tipo de ataque o represalia por parte de otros países, lo cual no supone para ellos ningún obstáculo para atacar cualquier país, ya que poseen armamento capaz de desplazarse o alcanzar cualquier rincón del planeta en poco tiempo.
Por el norte están protegidos por los simpáticos y afrancesados canadienses, pero es en el sur donde tienen su talón de Aquiles, fuente de inmigrantes de bajo perfil que degradan sus ciudades con drogas y delincuencia callejera. Para tratar de evitarlo despliegan en esa zona kilómetros de alambradas y patrullas armadas que intentan impedir ese tipo de inmigración.
Pero es muy difícil ponerle puertas al campo, así que año tras año miles de inmigrantes consiguen introducirse en su país y se mezclan en sus calles con los descendientes de los esclavos, estando ambos colectivos agrupados en barrios especiales, siendo los principales clientes de sus cárceles.

En cierta ocasión un vicepresidente norteamericano de visita en un país de Latinoamérica se disculpó ante las autoridades de ese país por no saber hablar latín.
A la vista del "latinazo" sería conveniente, ante un eventual bombadeo de Siria por parte de Estados Unidos, aclararles la diferencia entre Siria y nuestra querida Soria.
No pasa nada, la mayor parte de los dirigentes de esos países, así como los mandos de sus ejércitos, a los que subvenciona (como al ejército egipcio que acaba de dar un golpe de estado contra el primer gobierno democrático de ese país) están a su servicio. En caso de encontrarse con algún dirigente díscolo o patriota, éste empieza a tener rachas de mala suerte y sufre boicots comerciales, revueltas civiles, golpes de estado o accidentes de aviación. Desde el fin de la guerra, EE.UU. se didicó a derrocar gobiernos democráticos por todo el mundo, especialmente en Sudamérica, promocionando y financiando dictaduras militares que les entregaran los recursos de sus países.
A pesar de que hasta a sus aliados les trata como enemigos a los que corrompe, vigila y espía, no es posible una acción conjunta internacional para defenderse de ellos con sus armas, ya que son muy superiores en ese campo.

Había un individuo que presumía de haber vencido a un campeón de ajedrez y a un campeón de boxeo. Luego aclaró que al campeón de ajedrez le ganó boxeando y al campeón de boxeo le ganó jugando al ajedrez.

Indigentes árabes con sandalias son capaces de atacar los centros neurálgicos de su civilización, como venganza por destruir y saquear sus países, mientras que los descamisados, los espaldas mojadas y los descendientes de los esclavos se encargan de destruirla desde dentro.
Esta situación me trae a la memoria la historia de “La guerra de los mundos”, en la que los marcianos invaden la Tierra y no hay país capaz de hacerles frente. Son unos seres insignificantes, bacterias terrestres contra las que no estaban inmunizados, quienes al final consiguen salvar al planeta del peligroso invasor.

Su civilización está actualmente en franca decadencia y sus recursos se están agotando, lo que les hace muy peligrosos ya que se ven obligados a saquear cada vez más países para poder mantener su vida de lujo de nuevos ricos basada en el crédito, la especulación, la guerra y la extorsión al resto del mundo.
Sus ciudadanos, anestesiados con villancicos de grandes almacenes y discursos patrióticos, viven en los mundos de Yupi y siguen convencidos de que cada vez que su ejército ataca un país con recursos naturales, organiza un golpe de estado o una revuelta y asesina a su presidente, lo hace por el bien de la Humanidad.

Lo dicho, la mejor manera de hacerle jaque mate al campeón de boxeo es jugando al ajedrez.

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Trata bien a quien te encuentres cuando subas, porque volverás a encontrártelos cuando bajes.