Gargantúa

Gargantúa
Como cada año en las fiestas de Bilbao, vuelve el insaciable Gargantúa para comerse a los niños, cuanto más tiernos mejor. Junto al Gargantúa, llegan también los Gigantes y Cabezudos para golpear a niños y grandes con sus rudos globos hechos con tripa de cerdo... y pican los condenados cuando te golpean en las piernas... sobre todo si eres niño y llevas pantalón corto.
Gargantúa llega con hambre a Bilbao todos los años desde mediados del siglo diecinueve y ha sufrido distintos vaivenes desde entonces, a veces por alguna guerra, otras veces porque se quedaba perdido en algún almacén municipal... Debe su nombre a un personaje del escritor francés del siglo dieciséis, Rabelais. Gargantúa era un gigante que comía como tal, al igual que su hijo Pantagruel, de donde viene la expresión “una comida pantagruélica”.
Desde hace varias décadas Gargantúa vuelve a gozar de buena salud dada su dieta a base de niños tiernecitos que los padres le ofrecen en sacrificio cada año por las fiestas.

Para los mayores es un juego divertido... pero vete tú con cuatro o cinco años y métete por esa bocaza llena de dientes y ese túnel oscuro... ¿y si me meto y no salgo? Tus padres te dicen que hay un tobogán y que sales por un orificio que hay donde la espalda pierde su honesto nombre, que ellos te esperan allí... ¿seguro?
Al final te decides, entras por la boca... no se cierra ¡menos mal! y te lanzas de cabeza por aquel tobogán oscuro... al fondo no se ve nada... ¿seguro que hay salida? Y sí, después de una inquietante caída cuesta abajo aterrizas violentamente sobre una colchoneta... y se hace la luz. ¡Dios qué subidón! Hoy he sido un valiente y cuando vuelva al barrio se lo pienso contar a todos mis amigos.

Una mezcla de miedo y diversión ponen a prueba el valor de los niños, que experimentan así sus primeras experiencias adrenalínicas. Lo de correr delante de los Gigantes y Cabezudos tiene también su aquél. No está claro que puedas correr más que ellos, que te persiguen para golpearte con sus globos toscos y resistentes, y tampoco está claro que tus padres te puedan defender llegado el caso, dado que también les golpean a ellos... No, no está claro del todo que sea una fiesta... parecen de mentira pero... ¿y si no lo fueran? ¿Hay alguien debajo de esas ropas, o es que de verdad son así de grandes?

En cualquier caso, bienvenidos Gargantúa, Gigantes y Cabezudos, que dejan a los más pequeños extasiados y con la respiración contenida mientras se agarran con fuerza a sus padres... por si acaso.

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Para conocer la calidad del mar no hace falta analizar todo el agua, basta con tomar pequeñas muestras de aquí y de allí.