sorprenderte,
divertirte.
Déjame
iluminar tu mirada,
inquietarte,
preguntarte
lo que no debo.
Déjame
rozar tu mano,
erizar
el vello de tu piel,
estremecer
tu cuerpo.
Déjame
explorar tus secretos
y
cabalgar
tu corazón
hasta
que retumbe desbocado.
Déjame,
al
menos,
imaginarlo.
(Templar)
(Templar)
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El corazón tiene razones que la razón no entiende.