Skyfall

SKYFALL
Como amante de la saga James Bond 007, fui a ver el estreno de la última película de la serie titulada “Sakyfall” (la caída del cielo, o algo así), precedida por inmejorables críticas desde todos los puntos de vista.

Una mierda pinchada en un palo, con perdón.

La primera escena muestra a un James Bond (Daniel Craig) en horas bajas al que le falta un botón de la manga del traje, avanzando así que toda la película será de la misma factura.
Un malvado de risa (Javier Bardem), desviado y deficiente mental, que busca venganza porque su jefa no le quiso lo suficiente cuando era agente secreto.
El servicio secreto británico MI6, dirigido por una mujer que repite en el cargo (Judi Dench), tiene una inteligencia y una planificación que hasta una pandilla de adolescentes jugando a la guerra en el patio del colegio descartaría por mala.
El personaje femenino que no debe faltar en una película del género que se precie, es una discreta belleza de color (Naomie Harris), que no pasa de hacer un papel de relleno sin pretensiones.
Al argumento, tácticas de seguridad y procedimientos de espionaje y contravigilancia, no les han dedicado ni un minuto de reflexión ni de trabajo, porque hacen aguas por todos los sitios.

Un agente 007 vulnerable, un villano marica, una mujer como jefe del MI6, una chica de color como protagonista femenino y un argumento para discapacitados mentales.
Todo eso está muy bien para hacer una campaña electoral y ganarse el favor de la gente con tendencia a ofenderse con facilidad, pero se han apuntado a todos los tópicos queda-bien y se han olvidado de la esencia del personaje. 

Un agente con licencia para matar debe ser invulnerable, eficaz, mujeriego y canalla, aunque con un fondo de honestidad y bondad.
Un villano que se precie debe ser malo malísimo, inteligente y disponer de muchos medios técnicos, de colaboradores que nunca mueren y de mujeres perversas de belleza insuperable.
Y el argumento debe ser vistoso, desenfadado y fantasioso, pero lo suficientemente trabajado  como para que parezca mínimamente creíble.

Y ahora hablando en serio, lo que de verdad me preocupa es que miles de norteamericanos se manifiesten por las calles para pedir que se siga emitiendo por televisión “La gallina Caponata”.

También me preocupa que para evitar que se vuelva a repetir la reciente desgracia del Madrid Arena, l@s adolescentes que van a las macrofiestas pidan por televisión que se les cachee antes de entrar a la discoteca y se compruebe si son menores de edad, ya que parece ser que ni ell@s ni sus padres lo saben.

Aunque el cielo se esté cayendo, tal como nos indica a diaro la prensa de todo el planeta, habría que dejarse de tonterías y planificar (sin la ayuda de los MI6 del mundo que diseñan primaveras árabes para llevarse el petróleo mientras los infelices lugareños se matan entre sí) la manera de mantenerlo en su sitio y hacer que vuelva a brillar el sol.

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No pidas una carga ligera: pide unas espaldas fuertes.