El Cielo Puede Esperar
Eres el instante que detiene al tiempo,
la luz que nace incluso cuando cierro los ojos.
Eres latido, refugio, fuego lento,
la voz que en mi silencio siempre escucho.
Caminas en mí como quien conoce
cada rincón secreto de mi alma;
y donde tocas, florece la noche,
y donde miras, despierta la calma.
Si el mundo se apaga, tú permaneces,
guardiana de mis sueños y mis dudas.
En tu abrazo cabe lo que soy y lo que quise,
y lo que seré cuando tu amor me empuja.
Porque amarte es aprender a respirar despacio,
es hablar un idioma sin palabras,
es sentir que incluso el viento es nuestro aliado
cuando tu mano busca mi mano en el alba.
Amor mío, eterna, pura, viva,
si algún día el cielo preguntara por qué existo,
diría tu nombre…
y bastaría.
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