El Hombre
“Entonces
dijo: Ahora hagamos al hombre. Será semejante a nosotros, y tendrá
poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los
salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo”. (Génesis).
Después de miles de millones de años de cataclismos indescriptibles, surge la vida sobre la Tierra a partir de materia inorgánica, que poco a poco fue adquiriendo la habilidad de auto-replicarse y adaptarse a las condiciones de su entorno para preservar su propia existencia.
En la antigüedad, principalmente en la antigua Grecia, se teorizaba sobre el origen natural, no divino, de la vida. Durante mucho tiempo se pensó que la vida surgía de manera espontánea gracias a una fuerza vital llamada “entelequia”, que dotaba de “pneuma” (alma) a la materia inerte. Esta teoría la defendían personajes tan ilustres como Aristóteles, Descartes, Bacon o el mismo Newton.
Se especuló también sobre la posibilidad de que la vida hubiera venido del exterior viajando por el espacio en meteoritos, ya que la teoría de la generación espontánea de la vida no se sostenía, a la vista de los múltiples experimentos que iban realizando científicos como Pasteur y otros muchos.
La materia orgánica pudo haber viajado por todo el Universo (panspermia) y la vida se desarrolló allí donde se daban las condiciones adecuadas para ello, por lo tanto no tendría que haber surgido necesariamente en la Tierra.
El problema no es baladí: pasar de unos átomos inertes a una vida evolucionada... y con alma, requiere una explicación sólida.
Después de miles de millones de años de cataclismos indescriptibles, surge la vida sobre la Tierra a partir de materia inorgánica, que poco a poco fue adquiriendo la habilidad de auto-replicarse y adaptarse a las condiciones de su entorno para preservar su propia existencia.
En la antigüedad, principalmente en la antigua Grecia, se teorizaba sobre el origen natural, no divino, de la vida. Durante mucho tiempo se pensó que la vida surgía de manera espontánea gracias a una fuerza vital llamada “entelequia”, que dotaba de “pneuma” (alma) a la materia inerte. Esta teoría la defendían personajes tan ilustres como Aristóteles, Descartes, Bacon o el mismo Newton.
Se especuló también sobre la posibilidad de que la vida hubiera venido del exterior viajando por el espacio en meteoritos, ya que la teoría de la generación espontánea de la vida no se sostenía, a la vista de los múltiples experimentos que iban realizando científicos como Pasteur y otros muchos.
La materia orgánica pudo haber viajado por todo el Universo (panspermia) y la vida se desarrolló allí donde se daban las condiciones adecuadas para ello, por lo tanto no tendría que haber surgido necesariamente en la Tierra.
El problema no es baladí: pasar de unos átomos inertes a una vida evolucionada... y con alma, requiere una explicación sólida.
Hace
entre cinco y siete millones de años, la línea evolutiva de los
chimpancés se separó, dando origen a la especie humana, que desde
ese momento siguió ramificándose dando origen a su vez a nuevas
especies humanas.
El genoma humano se diferencia respecto al del chimpancé en un 0,27%, y en un 0,65% respecto al de los gorilas. Todas esas especies están ya extinguidas, a excepción del Homo Sapiens.
“Entonces Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño profundo y, mientras dormía, le sacó una de las costillas y le cerró otra vez la carne. De esta costilla Dios el Señor hizo una mujer, y se la presentó al hombre, el cual, al verla, dijo: ¡Esta sí que es carne de mi carne y de mis propios huesos!”. (Génesis).
Aunque hubo distintas especies, la población humana actual desciende de una misma Eva mitocondrial procedente de África, por lo que toda la Humanidad tiene una antecesora común. Este hecho se deduce del análisis de ADNmt, dado que las mitocondrias sólo se trasmiten vía materna, del mismo modo que los cromosomas Y, que determinan el sexo masculino, sólo se transmiten vía paterna, por lo que es posible analizar de este modo la herencia genética del ser humano a lo largo de la geografía y de la historia.
Este Adán cromosómico de origen africano sería también el padre común de toda la población humana actual. Sin embargo, el Adán cromosómico no coincidió en el tiempo con la Eva mitocondrial, mediando entre ellos más de cincuenta mil años de diferencia, por lo que toda la especie humana actual tiene un origen difícil de explicar, ya que el padre y la madre genéticas de toda la población mundial actual ni siquiera se conocieron.
El genoma humano se diferencia respecto al del chimpancé en un 0,27%, y en un 0,65% respecto al de los gorilas. Todas esas especies están ya extinguidas, a excepción del Homo Sapiens.
“Entonces Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño profundo y, mientras dormía, le sacó una de las costillas y le cerró otra vez la carne. De esta costilla Dios el Señor hizo una mujer, y se la presentó al hombre, el cual, al verla, dijo: ¡Esta sí que es carne de mi carne y de mis propios huesos!”. (Génesis).
Aunque hubo distintas especies, la población humana actual desciende de una misma Eva mitocondrial procedente de África, por lo que toda la Humanidad tiene una antecesora común. Este hecho se deduce del análisis de ADNmt, dado que las mitocondrias sólo se trasmiten vía materna, del mismo modo que los cromosomas Y, que determinan el sexo masculino, sólo se transmiten vía paterna, por lo que es posible analizar de este modo la herencia genética del ser humano a lo largo de la geografía y de la historia.
Este Adán cromosómico de origen africano sería también el padre común de toda la población humana actual. Sin embargo, el Adán cromosómico no coincidió en el tiempo con la Eva mitocondrial, mediando entre ellos más de cincuenta mil años de diferencia, por lo que toda la especie humana actual tiene un origen difícil de explicar, ya que el padre y la madre genéticas de toda la población mundial actual ni siquiera se conocieron.
El ser humano es un ser muy complejo y evolucionado, una maravilla de la naturaleza, del mismo modo que lo son los átomos, los minerales, las plantas, los animales y todas las formas de vida, sean grandes o microscópicas.
El hecho de tener conciencia hace que nos preguntemos cosas como de dónde venimos y a dónde vamos, quién nos ha hecho y por qué, si merece la pena vivir para luego morir... y todas esas cosas que nos entretienen la vida mientras no estamos comiendo, durmiendo, procreando o trabajando. Pensando y pensando, llegamos a la conclusión de que tenemos un cuerpo físico que nos da soporte material, un corazón que nos permite sentir y una mente que nos permite analizar las cosas. Y tal vez un alma que se comunica directamente con la Inteligencia Universal.
Claro
que también hay otras historias paralelas que acompañan la
evolución del hombre.
“Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas; y los Vigilantes, hijos del cielo, las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos"...
...Quedaron embarazadas de ellos y parieron gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la tierra y conforme a su niñez crecieron;
...y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles.
“Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas; y los Vigilantes, hijos del cielo, las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos"...
...Quedaron embarazadas de ellos y parieron gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la tierra y conforme a su niñez crecieron;
...y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles.
Y más historias... todas ellas dignas de estudio.
Por todo el planeta hay infinidad de restos arqueológicos que nos dicen que hubo varias civilizaciones avanzadas, incluso más que la nuestra actual, que por cataclismos o por otras razones terminaron por desaparecer, que nos dejaron vestigios que nos siguen asombrando.
Qué
sucedió en la noche de los tiempos, la búsqueda del eslabón
perdido, por qué hace doscientos mil años el hombre cambió de
pronto su estructura y se convirtió en Homo Sapiens, son temas que
requieren ser tratados de manera específica.