Degradación
Cuentan que hay un país del que se marchan los licenciados y en que recalan los delincuentes, atraídos por las subvenciones y las ayudas del gobierno; un país en el que las instituciones públicas promocionan en las paradas de autobús las relaciones sexuales con niños (siempre que éstos consientan, aclaran); un país en el que las instituciones públicas promocionan en la vía pública la homosexualidad (en lugar de respetar que cada uno gestione su vida como quiera); un país en el que las instituciones públicas anuncian en las escuelas que los hombres pueden quedarse embarazados; un país en el que las instituciones públicas anuncian en las paradas de metro que hay niñas que tienen pene y niños que tienen vagina. Cuentan que hay un país así.
Cuentan que hay un país donde la gente calla, salvo para vitorear a su equipo; un país donde el 34% de la población tiene problemas de salud mental; un país con las capacidades intelectuales por debajo de la media mundial; un país donde cada año aumentan la pobreza y los casos de suicidio; un país sumido en un claro proceso de involución humana; un país en el que los bancos estafan impunemente a los jubilados; un país en el que se maltrata en las residencias a los ancianos, y se les deja morir, encerrados con llave en sus habitaciones; un país un país con el déficit y la deuda pública en caída libre; un país donde la política tiene la corrupción por bandera y las administraciones la incompetencia como seña de identidad; un país que llama periodistas a los voceros de sus amos; un país donde se denigran la palabra justicia al adjudicársela a los jueces, como si tuvieran algo que ver con ella, confundiendo la justicia con la ley (que cambia a conveniencia del gobierno, del momento político, del interés de grupos de poder...); un país que confía en la policía tanto como en quienes dicen combatir, que "tanto monta, monta tanto"; un país que protege al ladrón que ocupa una casa y reprime al propietario que trata de recuperarla; un país que protege las garantías del delincuente y sanciona a la víctima por tratar de defenderse; un país con una "ley mordaza" que permite reprimir impunemente a los ciudadanos; un país con un llamado "delito de odio" que prohíbe las opiniones contrarias al régimen; un país que castiga a los medios de comunicación que no son afines al gobierno; un país con la libertad de expresión más reprimida de toda su historia. Cuentan que hay un país así.
Cuentan que hay un país donde las instituciones públicas, con la ayuda de sus departamentos satélites, que son muchos para poder colocar a todos los amigos (que se llevan casi el 50% del presupuesto nacional), se dedican, no sólo a promocionar la delincuencia, sino, especialmente, a promover el odio de las mujeres hacia los hombres, de los gais hacia el resto de la sociedad, de los hijos hacia sus padres. Divide y vencerás. Ensucian la convivencia social con falsos debates que no están en la mente de nadie, crean problemas inexistentes para los que ellos tienen solución, le dan al vulgo algo sobre lo que discutir, y ellos, mientras tanto, se reparten el botín. Cuentan que hay un país así.
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"Partiendo de la nada, hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria".
