Desahucios

Desahucios
Cuando pides un préstamo al banco, éste escribe la cifra en un papel y tú te comprometes a devolvérselo en un plazo determinado, con el interés que te indiquen. El banco no te da el dinero porque no lo tiene, se limita a escribir la cifra en un papel. Los bancos prestan dinero que no tienen (es legal para ellos), pero tú les tienes que devolver esa cifra más los intereses correspondientes con dinero de verdad, dinero obtenido con el rendimiento de tu trabajo. Ese papel en el que escriben la cifra que te han concedido (previo aval con propiedades reales y tangibles) les sirve para crear dinero de la nada. Ese papel sin fondos lo admiten sin embargo otros bancos, que juegan el mismo juego con sus clientes, poniendo en práctica aquello de “una mano lava la otra y entre las dos lavan la cara”.

No intentes ganar dinero de la misma forma que ellos porque entregar un cheque sin fondos y exigir que te lo retornen con dinero de verdad es ilegal. Eso es legal sólo para ellos, que son los que mandan, los que redactan las leyes independientemente de a quién votes. A estas alturas de la película ya sabes a qué se dedican aquellos a los que votas y, aunque algunos de ellos acaban en prisión, la mayor parte sigue en libertad. ¿Te suena eso de las puertas giratorias? ¿Sabes ya por qué son legales este tipo de prácticas? ¿Sabes por qué pretenden multarte si colocas un panel solar en el tejado de tu casa? ¿Sabes por qué están pensando en hacer lo mismo con las huertas particulares?

Pero no acaba ahí la cosa. Cuando ya has pagado prácticamente la totalidad del préstamo con los intereses correspondientes, de pronto, un viernes por la tarde, oyes en las noticias que se ha declarado una crisis mundial. Dicen que las crisis son cíclicas y que se producen inexorablemente cada cierto tiempo, más o menos el tiempo que tardas en pagar casi la totalidad del préstamo. El “casi” es importante, se trata de que hayas pagado casi todo y sólo te quede una deuda insignificante pero suficiente para que no puedas pagarla, y así poder expropiarte tu casa o lo que tengas, lo cual no liquida tu pequeña deuda pendiente, sino que esta permanece con intereses mayores aún. Como no puedes pagarla (por eso te han expropiado tus pertenencias), eso significa que también tu futuro está hipotecado, y hasta lo que todavía no tienes también te lo quitarán cuando lo tengas.

Esa crisis repentina se produce porque los bancos se ponen de acuerdo para dejar de escribir cifras en papelitos y comenzar a recoger beneficios a lo grande, de una vez, y no mes a mes como hasta ese momento, chollo que de todas formas ya se iba a terminar porque los préstamos estaban a punto de expirar. De pronto, la economía se detiene, las empresas (que también son suyas) despiden a la gente, y esta ya no puede pagar el préstamo. Es el momento de recoger la redes y quedarse con las propiedades que sirvieron para avalar ese préstamo, además, claro está, de con todo el dinero que les has ido pagando hasta ese momento.

Te culpan a ti de la situación porque dicen que has votado a estos en lugar de votar a aquellos, pero en realidad da lo mismo, la vez anterior votaste a aquellos en lugar de a estos y las cosas también fueron a peor. Siempre van a peor votes a quien votes. No te sientas culpable por haber herrado errado en la votación, porque da igual a quién votes, incluso da igual que votes o no. Si mañana hubiera elecciones y nadie fuera a votar, al día siguiente seguiría existiendo un gobierno (votado por nadie), unos jueces y también unos policías que continuarían aplicando a los ciudadanos las leyes de los banqueros.

Las leyes que permiten este tipo de cosas las redactan los banqueros, las aprueban los gobiernos, las aplican los jueces, las ejecutan los policías y las sufren los ciudadanos. Todo legal.

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Una mano lava la otra y entre las dos lavan la cara.



La Cabina

La Cabina
Hay una cabina en mi barrio, pocas quedan ya. Siempre veo gente dentro, aunque bien es verdad que normalmente son personas de aspecto descuidado, gente arrumbada por la sociedad. Ese pequeño habitáculo es el único lugar que aporta un poco de alegría a sus vidas, como un cordón umbilical que les hace sentir que todavía existen para alguien.
A veces veo también gente con buen aspecto, seguramente para contactos furtivos y así no dejar huella de su infidelidad y no encontrarse con malas caras al regresar a sus casas.

Las cabinas de teléfonos me traen buenos recuerdos, recuerdos de amores locos y pasiones desmedidas. Pienso que si la uso volveré a experimentar bonitas sensaciones de épocas pasadas por lo que, aún a riesgo de parecer un indigente del amor, me dirijo hacia ese pequeño habitáculo con la esperanza de resucitar de nuevo en su interior sentimientos ya olvidados.
Una vez dentro observo dibujos obscenos y frases de mal gusto que reflejan las frustraciones de gente que encuentra en ese minúsculo recinto un lugar en el que excretar sus más íntimas carencias. Es un lugar privado pero de uso público, por lo que allí pueden compartir sus deseos más desesperados sin tener que dar la cara.

En otros tiempos, antes de la aparición de los móviles, una cabina de teléfonos me parecía, como algunas personas, un templo del amor. Una pena que pudiendo ser templo se haya convertido en vertedero de frustraciones.

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La sangre te hace pariente, la lealtad te hace familia.